
La casa y la Niña
—En esta casa vivió la niña. Era Feliz, cantaba, bailaba y se columpiaba alegremente en mis frondosas ramas —.
—En esta casa vivió la niña. Se marchó sin decirme nada, la cautivaron esas gigantescas murallas—.
—En esta casa vivió la niña. Desapareció con aquel carruaje sin bestias, tan solo impulsado por fuerzas endemoniadas—.
—¡Oh, hermano tiempo!, permíteme ver a mi niña antes que el invierno doblegue para siempre mis encorvadas ramas—. /jn