
MI VIEJO
Mi viejo suspira, un destello en sus ojos evoca su juventud pasada. ¡Oh, tiempo!, ¿por qué no aplastas a ese tal David?, se pregunta.
Continúa corpulento,
bañándose a diario ante la mirada del caminante nuevo.
Mi viejo suspira, ya no camina como en sus años mozos; camina lento, inhalando aromas de los tiempos frescos.
Los recuerdos llegan y se disipan, como nubes en su mente.Retratos desvanecidos de risas y cantos.
Cada paso, un eco de aquel niño sonriente;
cada línea en su piel, historias de retos valientes.
Las horas son ladrillos que pesan en su andar lento, una danza pausada, un corazón pesimista que ya no convence.
Mi viejo suspira, ya no camina como en sus años mozos. /jn